Acerca de la aparición de Stalin en Virginia (Bedford).
Stalin y el Día de la Victoria. La entrevista especial para el periódico “Точка.Ру”
Sergei Kara-Murza
05.05.2010
La propaganda anti-estalinista, que ha vuelto a desplegarse a partir del inicio de Perestroika, empieza a fallar. Pero no es la oposición sistémica, la que lanza la iniciativa, sino, por extraño que parezca, los empresarios y los jóvenes realizados profesionalmente. En la ciudad Kirov la empresa de publicidad «Риком» desde el 2008 intenta publicar los banners con las imágenes de Stalin. Este año la empresa logró llegar a un acuerdo con la alcaldía y los retratos de Stalin con los demás mariscales fueron instalados en las calles de la ciudad.
De un modo un poco distinto han decidido realizar una actividad parecida los camaradas de San Petersburgo. Por el Internet la gente se ha puesto de acuerdo para a hacer una colecta para poner afiches con la imagen de Stalin en los buses.
La experiencia de la gente de San Petersburgo tiene el respaldo en las demás regiones, y aunque todo eso todavía encuentra la resistencia, lo que es interesante no es el resultado, sino la tendencia. ¿Porque justo ahora Stalin llegó a ser tan popular en Rusia? Dirigimos esta pregunta a Sergei Georgievich Kara-Murza.
- Entre más cerca está el 9 de mayo, el Día de la Victoria, más fuerte se revela un fenómeno extraño. A pesar de la campaña de descredito contra Stalin y su papel en la Gran Guerra Patria, entre los jóvenes se refuerza el interés por estudiar aquellos tiempos. Además con respecto al escándalo en torno de los carteles con la imagen de Stalin, los jóvenes de varias ciudades se organizan y con su dinero tratan de instalar los carteles con su imagen en los buses. ¿Que expresa esa actividad simbólica?
- Hoy Stalin es la imagen de lo que quiere la mayoría del pueblo ruso. La imagen, expresada en una palabra, corta y simple como bandera. No todos aceptan a Stalin como el símbolo, pero las aspiraciones son las mismas. Asimismo bajo una bandera van al combate las personas, con diferentes opiniones con respecto a la bandera, pero unidas por algo más importante. Stalin ha vuelto a reunir al pueblo y por eso odia tanto su nombre la minoría, la que trata de desunir a este pueblo. Opino, que aquí las orientaciones de los viejos y de los jóvenes tienen pocas diferencias. Y el Día de la Victoria es la fiesta, en la que volvemos a vivir aquel enfrentamiento del Bien y el Mal, que le tocó a nuestro pueblo y se hizo la Gran Guerra Patria. Y ahora ese enfrentamiento pasa ya como la lucha de los símbolos en nuestra conciencia, en los medios de comunicación, donde estamos en la defensa periférica. Está bien. No es el único frente. Pero para los jóvenes la tarea es muy especial y difícil. Y eso explica la afición a los estudios del “tiempo de Stalin”. Hoy día Stalin es un legado, que sin embargo tiene una base muy solida y que hay que estudiar. Lo que tenemos aquí es un hecho histórico: en Rusia fue creado tal tipo de la unidad entre el estado y el pueblo, donde el trabajador honesto halló una fuerza y una dignidad sin precedentes. Y eso es algo real, comparando con los proyectos poco claros como la última iniciativa del Kremlin - “Valle del silicio”. El trabajador pudo sacudirse el yugo del saco de dinero y sus ayudantes. Justo por eso querían y odiaban a Stalin, todo lo demás es solo decoración ideológica.
Stalin fue hecho por el hombre soviético, y el mismo hizo al hombre soviético. Juntos ellos crearon tales formas sociales, que levantaron no solo a Rusia, sino a todo el mundo, el Occidente incluido. Nosotros en Rusia no nos tuvimos en pie, fallamos, pero ya no se puede borrarlo de la memoria. Y lo principal es que de este proyecto se pueden sacar muchas lecciones, necesarias para nosotros incluso hoy.
Claro, que al tratar de publicar los retratos de Stalin en los buses, los ciudadanos quieren expresar la negación del camino, el que nos impidieron Gorbachov con Yeltsin y por el cual el país va en decadencia hoy. Los retratos de Stalin son el modo de expresar el desacuerdo de la gente, privada de acceso a los medios de comunicación. Sabiendo este estado de ánimo de parte de la sociedad, los poderes de Moscú se mostraron indulgentes en este año. Es razonable.
- ¿Qué significa el creciente interés por las lecciones del pasado? ¿Es un intento de encontrar en aquel tiempo las respuestas a los problemas de hoy? ¿Se puede calificar este proceso como la búsqueda de aquel camino civilizado, del cual Ud. tanto escribe y habla? Muchos piensan, que el giro de aquel camino civilizado fue resultado de la ascenso al poder de Krushchev y por el inicio de la lucha contra el “culto de la personalidad de Stalin”.
Stalin fue el hombre de los tiempos de las revoluciones, guerras civiles y mundiales. Fue el caudillo en los años de desastre y catástrofe del pueblo. Los críticos de los “excesos de estalinismo” ponen cara de que no lo entienden. De hecho los buenos tiempos tal régimen es innecesario y es imposible. Antes de y a lo largo de la guerra estuvo claro: Hitler o Stalin. Pero en los 50 había que salir del régimen de movilización. Eso es una operación complicada y lo sabemos por la NEP. Krushchev no estuvo a la altura de tarea y causó mucho daño al sistema soviético. Sus cualidades personales y la falta de la base teórica, el nivel común muy bajo de la cultura humanitaria del partido comunista y de toda la sociedad también jugaron su papel. No alcanzamos a desarrollar esta cultura y además la guerra arrancó mucha gente, que reunía en si la alta cultura y el amor al país soviético y, sobre todo, a la gente sencilla.
La búsqueda de aquel camino civilizado de Rusia, un tramo del cual fuimos con Stalin, se complica por la ilusión, que se puede exitosamente adoptar la lógica y los métodos de Stalin de la misma manera al otro tramo, con la gente, que ya pertenece a otra cultura. Me parece, que Stalin mismo no pensaba así e incluso previó grandes dificultades. Tenemos que estudiar el camino civilizado de Rusia y el tiempo de Stalin no para imitar hoy las tecnologías sociales de los años 30 y 40, sino para entender la filosofía, los principios y criterios, como tomar decisiones estratégicas, que fueron elaboradas en aquel periodo. No nos quedaron los conocimientos a punto de caramelo, hay que reconstruirlos. Y si todo sigue andando como ahora, hay riesgo, de que el saco de dinero y sus ayudantes vuelven a contratar al Hitler global. Y en este caso necesitaremos las clases de los métodos de Stalin.
- Usted dice, que hay una seria incomprensión del estalinismo. Muchos opinan lo mismo. Pero de todos lados escuchamos sobre Stalin, y al parecer, se pierde algo principal. Incluso los historiadores profesionales discuten cosas de poca importancia. ¿Qué puntos de referencia daría usted para el estudio de aquella época?
Creo, que no se trata de Stalin. Es que en general tenemos el concepto de la primera mitad de XX muy simplista. Cuando en realidad eso fue un tiempo muy complicado y demasiado “comprimido”. Los mismos contemporáneos no alcanzaban a penetrárlo y expresarlo, mientras la historia oficial, por lo visto, se vio obligada a esterilizarlo (por consideraciones políticas). Había que pacificar a la gente, sobreviviente en tantos conflictos civiles y guerras. Respectivamente de Stalin tampoco sabemos mucho y no imaginamos, que tareas el tuvo que resolver, con qué recursos y de qué maneras. Tal vez, que sea mejor no saberlo, en todo caso, no saber demasiado. Pero igual tendremos que saber lo principal y poco a poco lo abordaremos.
Y los puntos de referencia son simples – sacar lo principal, filtrar las cosas superfluas. A pesar de todo debemos imaginar cuáles fueron las amenazas, si la guerra fue solo una de la larga fila de ellas. Hay que tratar a pensar hasta el fondo sin quedarnos tranquilos en las alturas de nuestros conocimientos y confort. En general, todo ahora parece un milagro, como logramos pasar por tantos lugares peligrosos. Lo hicimos con muchas pérdidas, pero lo logramos, pudimos concentrarnos y Stalin estuvo a la altura de su trabajo. De aquellos que tuvimos, es difícil nombrar a alguien más que pudiera cumplir con esas tareas. Es probable que fueran las personas más suaves, más bondadosas, pero eso no les compensaba las cualidades que les faltaban.
- ¿Porque justamente Stalin ahora se convierte en símbolo de la época soviética, desplazando a Lenin?
Las tareas, que cumplió Lenin, fueron menos “visibles”, menos dramáticas y más lejanas de nuestros problemas actuales. En principio a él y a Stalin habría que tomar como un “sistema” – uno no funciona sin el otro. Si no hubiera existido Stalin, opino, el trabajo de Lenin se quedaría en balde: Trotsky y la oposición realizaban el otro proyecto, no leninista. Pero si Lenin no hubiera cumplido el conjunto de las tareas principales de la revolución rusa, este sistema extraordinario no existiría – el estado soviético.
Y ahora Stalin se ha hecho justamente un símbolo. Él es negación absoluta del régimen actual y del camino por el cual nos arrastran. Es lacónico y muy claro. Él es un hecho indudable de lo que nosotros, el mismo pueblo en la misma tierra, pero con los medios incomparablemente más escasos, pudimos ser una fuerza potente e invencible, capaz de en 10 años subir al país hasta el nivel de superpotencia. Y si eso fue posible, significa, que en principio es posible. Cobramos aliento, miramos alrededor y volvemos a concentrarnos. Es lacónico y claro. Tener este símbolo ya es la mitad del trabajo.
De un modo un poco distinto han decidido realizar una actividad parecida los camaradas de San Petersburgo. Por el Internet la gente se ha puesto de acuerdo para a hacer una colecta para poner afiches con la imagen de Stalin en los buses.
La experiencia de la gente de San Petersburgo tiene el respaldo en las demás regiones, y aunque todo eso todavía encuentra la resistencia, lo que es interesante no es el resultado, sino la tendencia. ¿Porque justo ahora Stalin llegó a ser tan popular en Rusia? Dirigimos esta pregunta a Sergei Georgievich Kara-Murza.
- Entre más cerca está el 9 de mayo, el Día de la Victoria, más fuerte se revela un fenómeno extraño. A pesar de la campaña de descredito contra Stalin y su papel en la Gran Guerra Patria, entre los jóvenes se refuerza el interés por estudiar aquellos tiempos. Además con respecto al escándalo en torno de los carteles con la imagen de Stalin, los jóvenes de varias ciudades se organizan y con su dinero tratan de instalar los carteles con su imagen en los buses. ¿Que expresa esa actividad simbólica?
- Hoy Stalin es la imagen de lo que quiere la mayoría del pueblo ruso. La imagen, expresada en una palabra, corta y simple como bandera. No todos aceptan a Stalin como el símbolo, pero las aspiraciones son las mismas. Asimismo bajo una bandera van al combate las personas, con diferentes opiniones con respecto a la bandera, pero unidas por algo más importante. Stalin ha vuelto a reunir al pueblo y por eso odia tanto su nombre la minoría, la que trata de desunir a este pueblo. Opino, que aquí las orientaciones de los viejos y de los jóvenes tienen pocas diferencias. Y el Día de la Victoria es la fiesta, en la que volvemos a vivir aquel enfrentamiento del Bien y el Mal, que le tocó a nuestro pueblo y se hizo la Gran Guerra Patria. Y ahora ese enfrentamiento pasa ya como la lucha de los símbolos en nuestra conciencia, en los medios de comunicación, donde estamos en la defensa periférica. Está bien. No es el único frente. Pero para los jóvenes la tarea es muy especial y difícil. Y eso explica la afición a los estudios del “tiempo de Stalin”. Hoy día Stalin es un legado, que sin embargo tiene una base muy solida y que hay que estudiar. Lo que tenemos aquí es un hecho histórico: en Rusia fue creado tal tipo de la unidad entre el estado y el pueblo, donde el trabajador honesto halló una fuerza y una dignidad sin precedentes. Y eso es algo real, comparando con los proyectos poco claros como la última iniciativa del Kremlin - “Valle del silicio”. El trabajador pudo sacudirse el yugo del saco de dinero y sus ayudantes. Justo por eso querían y odiaban a Stalin, todo lo demás es solo decoración ideológica.
Stalin fue hecho por el hombre soviético, y el mismo hizo al hombre soviético. Juntos ellos crearon tales formas sociales, que levantaron no solo a Rusia, sino a todo el mundo, el Occidente incluido. Nosotros en Rusia no nos tuvimos en pie, fallamos, pero ya no se puede borrarlo de la memoria. Y lo principal es que de este proyecto se pueden sacar muchas lecciones, necesarias para nosotros incluso hoy.
Claro, que al tratar de publicar los retratos de Stalin en los buses, los ciudadanos quieren expresar la negación del camino, el que nos impidieron Gorbachov con Yeltsin y por el cual el país va en decadencia hoy. Los retratos de Stalin son el modo de expresar el desacuerdo de la gente, privada de acceso a los medios de comunicación. Sabiendo este estado de ánimo de parte de la sociedad, los poderes de Moscú se mostraron indulgentes en este año. Es razonable.
- ¿Qué significa el creciente interés por las lecciones del pasado? ¿Es un intento de encontrar en aquel tiempo las respuestas a los problemas de hoy? ¿Se puede calificar este proceso como la búsqueda de aquel camino civilizado, del cual Ud. tanto escribe y habla? Muchos piensan, que el giro de aquel camino civilizado fue resultado de la ascenso al poder de Krushchev y por el inicio de la lucha contra el “culto de la personalidad de Stalin”.
Stalin fue el hombre de los tiempos de las revoluciones, guerras civiles y mundiales. Fue el caudillo en los años de desastre y catástrofe del pueblo. Los críticos de los “excesos de estalinismo” ponen cara de que no lo entienden. De hecho los buenos tiempos tal régimen es innecesario y es imposible. Antes de y a lo largo de la guerra estuvo claro: Hitler o Stalin. Pero en los 50 había que salir del régimen de movilización. Eso es una operación complicada y lo sabemos por la NEP. Krushchev no estuvo a la altura de tarea y causó mucho daño al sistema soviético. Sus cualidades personales y la falta de la base teórica, el nivel común muy bajo de la cultura humanitaria del partido comunista y de toda la sociedad también jugaron su papel. No alcanzamos a desarrollar esta cultura y además la guerra arrancó mucha gente, que reunía en si la alta cultura y el amor al país soviético y, sobre todo, a la gente sencilla.
La búsqueda de aquel camino civilizado de Rusia, un tramo del cual fuimos con Stalin, se complica por la ilusión, que se puede exitosamente adoptar la lógica y los métodos de Stalin de la misma manera al otro tramo, con la gente, que ya pertenece a otra cultura. Me parece, que Stalin mismo no pensaba así e incluso previó grandes dificultades. Tenemos que estudiar el camino civilizado de Rusia y el tiempo de Stalin no para imitar hoy las tecnologías sociales de los años 30 y 40, sino para entender la filosofía, los principios y criterios, como tomar decisiones estratégicas, que fueron elaboradas en aquel periodo. No nos quedaron los conocimientos a punto de caramelo, hay que reconstruirlos. Y si todo sigue andando como ahora, hay riesgo, de que el saco de dinero y sus ayudantes vuelven a contratar al Hitler global. Y en este caso necesitaremos las clases de los métodos de Stalin.
- Usted dice, que hay una seria incomprensión del estalinismo. Muchos opinan lo mismo. Pero de todos lados escuchamos sobre Stalin, y al parecer, se pierde algo principal. Incluso los historiadores profesionales discuten cosas de poca importancia. ¿Qué puntos de referencia daría usted para el estudio de aquella época?
Creo, que no se trata de Stalin. Es que en general tenemos el concepto de la primera mitad de XX muy simplista. Cuando en realidad eso fue un tiempo muy complicado y demasiado “comprimido”. Los mismos contemporáneos no alcanzaban a penetrárlo y expresarlo, mientras la historia oficial, por lo visto, se vio obligada a esterilizarlo (por consideraciones políticas). Había que pacificar a la gente, sobreviviente en tantos conflictos civiles y guerras. Respectivamente de Stalin tampoco sabemos mucho y no imaginamos, que tareas el tuvo que resolver, con qué recursos y de qué maneras. Tal vez, que sea mejor no saberlo, en todo caso, no saber demasiado. Pero igual tendremos que saber lo principal y poco a poco lo abordaremos.
Y los puntos de referencia son simples – sacar lo principal, filtrar las cosas superfluas. A pesar de todo debemos imaginar cuáles fueron las amenazas, si la guerra fue solo una de la larga fila de ellas. Hay que tratar a pensar hasta el fondo sin quedarnos tranquilos en las alturas de nuestros conocimientos y confort. En general, todo ahora parece un milagro, como logramos pasar por tantos lugares peligrosos. Lo hicimos con muchas pérdidas, pero lo logramos, pudimos concentrarnos y Stalin estuvo a la altura de su trabajo. De aquellos que tuvimos, es difícil nombrar a alguien más que pudiera cumplir con esas tareas. Es probable que fueran las personas más suaves, más bondadosas, pero eso no les compensaba las cualidades que les faltaban.
- ¿Porque justamente Stalin ahora se convierte en símbolo de la época soviética, desplazando a Lenin?
Las tareas, que cumplió Lenin, fueron menos “visibles”, menos dramáticas y más lejanas de nuestros problemas actuales. En principio a él y a Stalin habría que tomar como un “sistema” – uno no funciona sin el otro. Si no hubiera existido Stalin, opino, el trabajo de Lenin se quedaría en balde: Trotsky y la oposición realizaban el otro proyecto, no leninista. Pero si Lenin no hubiera cumplido el conjunto de las tareas principales de la revolución rusa, este sistema extraordinario no existiría – el estado soviético.
Y ahora Stalin se ha hecho justamente un símbolo. Él es negación absoluta del régimen actual y del camino por el cual nos arrastran. Es lacónico y muy claro. Él es un hecho indudable de lo que nosotros, el mismo pueblo en la misma tierra, pero con los medios incomparablemente más escasos, pudimos ser una fuerza potente e invencible, capaz de en 10 años subir al país hasta el nivel de superpotencia. Y si eso fue posible, significa, que en principio es posible. Cobramos aliento, miramos alrededor y volvemos a concentrarnos. Es lacónico y claro. Tener este símbolo ya es la mitad del trabajo.
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