jueves, 23 de septiembre de 2010

Rusofobia en el arte contemporaneo

“En efecto vendo la mayor parte de mis cuadros en Estados Unidos, no obstante ¡precisamente allì creen, que ellos estan impregnados del amor por Rusia! Mientras aquì incluso mis compinches me reprochan: “Por que odias tanto a los rusos, Vasia?!”. Pues, como un ruso, tengo derecho a preguntar: “Y por què hay que amarnos?” ¡Ya que somos la peor gente del mundo: mala, peresosa, envidiosa! – dice pintor Vasili Shulzhenko.

el caido

Es un caso muy comùn, por no decir “banal”, y por eso querìa analizarlo aquì. El problema de las fobias suele surgir por la carencia de los conocimientos con respecto a los objetos de la fobias, creo yo. Y tal vez, el pintor Vasili Shulzhenko no quiera simplimente reconocer a los rusos, como a un pueblo normal, civilizado, es decir occidentalizado al no haber encontrado en los rusos lo “normal” segùn èl.

el vuelo

Los rusos para Vasili Shulzhenko son una broma de Diòs, mutantes malditos, a los cuales hay que disciplinar, civilizar o «eliminar» en el peor de los casos. Tengo claro, que estas “recetas” sencillas de los artistas y de muchos politicos conciernen a todos los pueblos no–occidentales, ¿eh? La òptica de Vasili Shulzhenko y los demàs, que piensan como èl, a pesar de ser muy “sofisticada” y muy especializada en el buscar de la mierda por todos lados, simultaneamente es muy limitada. En cierto sentido, una enfermedad fatal les afectò los ojos.

Napoleòn en Moscù

Sin embargo, quiero subrayar, que esta forma de ver la vida en Rusia, es una tendencìa propia muy rusa y muy caracterìstica de varios nuestros intelectuales - por ser tan radical y tan “bolchevique” a la vez. Ante nosotros esta un complejo psicològico de cierta parte de nuesta naciòn: me refiero a la abnegaciòn, el sentido exagerado de la culpa, hipersensibilidad y inclinaciòn al suicidio.

el paseo con la abuela por el nocturno rio Moscova

Nuestro pueblo esta compuesto por muchas cosas, tanto negativas, como positivas. Y a veces es muy dificil entenderlo todo: a proposito, uno de los ùltimos dirigentes de la URSS Yuri Andropov dijo una vez: “No sabemos la sociedad, en la que vivimos”. Habrà sido todavìa màs extraño esto, si les dijiera, que Andropov tambièn fue ex-jefe de la KGB, es decir de la inteligencia, y debrìa saber mucho.

cervecerìa

“...Que haya en nuestro pueblo la bestialidad y el pecado, - dice Fedor Dostoevski, - pero lo que es indiscutible, es que èl, por lo menos en su integridad, nunca acepta, ni aceptarà, ni quererà aceptar su pecado por la razòn”.

El esforzado

domingo, 19 de septiembre de 2010

la seguridad en Moscù

Moscù es la ciudad màs segura en Rusia por el altìsimo nivel de vida, que tienen los moscovitas (a diferencia del resto del paìs). Y al parecer, la capital rusa es una de las ciudades màs seguras en Europa.

Este ranking está basado en información obtenida entre Enero y Septiembre de 2010. El índice ha sido calculado en base al número de veces que los usuarios de TripAdvisor mencionan el término "carterista" o "carteristas" en las opiniones y comentarios que escriben en la web:

1. Barcelona, España
2. Roma, Italia
3. París, Francia
4. Madrid, España
5. Atenas, Grecia
6. Praga (Rep. Checa)
7. Costa Blanca (Provincia de Alicante), España
8. Lisboa (Portugal)
9. Tenerife (Islas Canarias), España
10. Londres, Reino Unido

martes, 7 de septiembre de 2010

Sopa de las cebollas de las cúpulas

España conoce muy bien el fenómeno de la llamada “leyenda negra de la inquisición” (se trata del ataque propagandístico, elaborado en el siglo XIX, para concentrar la opinión pública europea en los crímenes de la Inquisición española, aunque los del protestantismo hubieran sido mucho más graves). Lo que vivimos los rusos hoy día en el ambiente cultural, es asumir a regañadientes nuestra propia leyenda negra (falsa y destructiva) sobre el periodo soviético. Simultáneamente, han surgido varios mitos sobre la Rusia zarista, como un estado paradisiaco y de una alternativa seria a la “época muerta” de los bolcheviques.

Nuestra tarea es estrellar los espejos cóncavos y repetir la verdad en cada esquina, opino yo. Tenemos que liberarnos de la esquizofrenia impuesta por los medios mundiales de comunicación. Tenemos que aceptar tanto lo peor de nuestro pasado, como lo mejor, pero sin trastocar los hechos y sin abultarlos para que podamos salir adelante sin perder el rumbo.

Obviamente la “leyenda negra rusa” se formó, sobre todo, como consecuencia de la guerra fría y de la época de los disturbios que está desarrollándose desde los finales de los 80 (aunque la rusofobia como tal, es un problema que tiene una larga historia de varios siglos). Nuestra leyenda negra hoy día a grosso modo es una sopa de las iglesias demolidas, bañadas en sangre de miles de trotskistas, quienes destruían estas iglesias, eso sin hablar sobre los GULAG, kommunalka, apparatchiks, KGB, etc.

En este breve ensayo me gustaría concentrar su atención sobre las cúpulas acebolladas que se divisan ante todo en esta sopa de terror. Como arquitectura es lo fundamental en el mundo material que nos rodea; las iglesias y los monasterios forman gran parte de los itinerarios turísticos por nuestro hermoso país (en la época zarista casi no había otros edificios públicos), y por eso la cuestión del sufrimiento de la Iglesia Ortodoxa Rusa siempre será actual. De ello hablan y van a hablar todos los guías, en todas las lenguas, durante sus viajes por el Anillo de Oro, hacia el Monasterio de San Sergio, y claro, por la misma ciudad de Moscú.

Sin duda alguna las represalias contra la Iglesia Ortodoxa Rusa tuvieron lugar a comienzos del periodo soviético. Sobre todo durante la guerra civil, y por eso muchas familias rusas tienen entre sus familiares algún santo – son sacerdotes o monjes - y son muchos, porque el cuerpo del clero en la Rusia Zarista fue bastante grande, y de hecho los sacerdotes se hicieron los representantes del poder en los pueblos más lejanos del centro, y fueron responsables por la ideología zarista en cada punto de Rusia Ortodoxa. No soy una excepción, y también tengo un pariente canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa: fue el tío de mi abuela, sacerdote de un pueblo siberiano, “fusilado y muerto a hachazos” a finales del verano de 1918 (según el fondo “La memoria de los mártires y los penitenciarios de la Iglesia Ortodoxa Rusa”).

Al pasar por cualquier iglesia en Moscú, ya habrán escuchado ustedes de los guías, o lo van a escuchar, las siguientes palabras: “…hicieron volar, demolieron, fusilaron, fundieron el oro de sobrepuestos, quemaron, reconstruyeron en los 90”. Al mismo tiempo, una turista mía, después de saber cuanto había costado la reconstrucción de uno de los templos, concluyó, que de esta manera la élite de Rusia vuelve a preparar un nuevo “bolchevicazo”.

De todos modos, uno se puede preguntar, sí los bolcheviques estaban en contra de la iglesia, ¿porque hay tantas iglesias antiguas en Rusia? ¿Porque los mismos bolcheviques emprendieron tanto trabajo para la restauración de los edificios, frescos e iconos? De vez en cuando para salvar la situación ciertos guías se limitan a explicarlo con un cuento sobre Stalin y el icono de nuestra señora: “Cuando los alemanes estaban en cercanías de Moscú, un monje del monasterio griego tuvo una visión: solo la intercesión de la Virgen podría salvar la capital y así se lo hizo saber a Stalin. El generalísimo soviético, perplejo y abatido durante el otoño de 1941, aceptó este último recurso. En vísperas de la batalla, un icono de la Virgen fue llevado en un avión militar alrededor de la ciudad” (“Autobiografía de Moscú” de T.Pigariova), etc. La moraleja es súper sencilla: solo gracias a este acto del chamanismo el “bigotudo”, tonto y perplejo, logró ganar a los nazis, y solo por eso fue frenada la “máquina de terror” contra la Iglesia. Sin embargo, hay que subrayar, que en su mayoría, los guías ni siquiera pueden recordar esta anécdota, y el hecho de que los soviéticos cuidaban la herencia cultural de la Iglesia Ortodoxa Rusa (que seguía en función) para ellos es inexplicable - sin hablar de que Stalin fue la persona que había devuelto a Rusia al patriarcado, sin el cual los zares vivieron tranquilos 200 años (!).

Por lo menos, nos debe quedar claro, que durante la guerra civil - sí, los bolcheviques destruyeron muchas iglesias y mataron sacerdotes, sin hablar de los casos de encarcelamiento. No obstante, ya en los años 1922-1923 la iglesia aceptó el poder soviético al comprobar que este poder era el poder de la mayoría del pueblo. Acabada la purga de los trotskistas dentro del partido de bolcheviques, y ya en 1939, miles y miles de los condenados por Trotski y Co. fueron amnistiados (por la linea de Stalin). Eso fue la nueva etapa de la política de la reconciliación nacional stalinista. Así, la revolución devoró a sus hijos, y las víctimas inocentes de estos "hijos" en cierto sentido fueron vengadas.

Con respecto a la crueldad hacia los sacerdotes y monjes durante la guerra civil, puedo repetir, que los sacerdotes ya habían perdido gran parte de su autoridad moral, al haber convertido en funcionarios de un estado odioso para gran parte del pueblo ruso. Y este proceso de la decadencia moral de la iglesia arrancó desde hace mucho, ya en los cuentos de Pushkin la imagen del “pope” es la de un holgazán, gordo y tacaño, que siempre engaña a sus parroquianos, etc. El poeta del siglo XIX, Alexandr Pushkin no fue ningún bolchevique. Tampoco lo fue el pintor Vasili Perov, autor del lienzo “La procesión con la cruz en Semana Santa”, en el que un sacerdote sale de una izba ya borracho, pisando los huevos de pascua. Sin hablar de que los sacerdotes eran vistos por el Ejército Rojo y por mayor parte del pueblo, como los partidarios de los blancos, es decir, como los partidarios de un régimen de guerra y de una vida sin resolver la cuestión principal – la de la tierra. La Iglesia Ortodoxa Rusa anatematizó no solo a León Tolstoy (de esta manera al empujar a muchos intelectuales), sino también anatematizó el poder soviético a principos de la guerra civil.

Entonces la Iglesia caida en la degradación a principios del XX se asoció abiertamente con el régimen del gobierno provisional y de los financistas masónicos (“La Guardia Blanca y el barón negro otra vez nos preparan el trono del zar”, - dice una canción popular de aquella época) y claro que esta iglesia fue atacada por los bolcheviques, quienes encabezaron la ola de la rebelión popular. La propia crueldad como tal hacia la Iglesia puede ser explicada además por la participación masiva en la revolución de las minorías: sobre todo, judíos y letones, quienes se caracterizaban por su indiferencia y aborrecimiento hacia todo lo tradicional ruso (ellos luchaban contra Rusia, como “la cárcel de los pueblos” y los sacerdotes bajo este contexto fueron para ellos los vigilantes de la cárcel). A proposito, estas minorias extremistas (por la causa de la politica de los zares) de hecho son responsables en mayoria de los casos por demasías inadmisibles durante los primeros años del gobierno soviético, pero sus demasías tienen su lógica y hay que entenderla.

Es curioso que la carta de “las represalias contra la Iglesia en los primeros años del poder soviético” fue usada primera vez no durante los 90, sino durante la Gran Guerra Patria .… por Hitler. En los territorios ocupados por los alemanes, muy pronto, como las setas después de la lluvia, se abríeron las iglesias: de esta manera Hitler quería “comprar” a los rusos. La colaboración de la iglesia con Hitler es un hecho que no se puede ser negado ni justificado de ninguna manera.

De todos modos, la iglesia seguía en función durante el periodo soviético, fue restablecido el patriarcado ruso y los creyentes podían creer. Aunque si, es verdad, que de moda en aquel entonces fueron otros conceptos del mundo, pero nunca antes en Rusia la iglesia fue separada del estado por 100%, como en estos años. Años de la espiritualidad sin precedente, que jamás ha sido logrado en nuestro país. Mientras al patrimonio nacional, representado por los edificios de las iglesias, frescos y iconos, lo cuidaban como jamas lo van a cuidar aquí.

Resumiendo, quisiera decir que no solo los bolcheviques de los primeros años de la Revolución tienen culpa ante la iglesia, sino los mismos zares también. Fíjense: ¡durante el gobierno de Catalina II fueron cerrados el 80% de todos los monasterios rusos! En la época de Catalina la Grande, las logias masónicas, a través de su influencia sobre la nobleza y los mercaderes, empiezan a jugar con el papel de la iglesia. ¡Acaso no fue eso un golpe contra el sistema de educación espiritual del pueblo ruso! En cambio los soviéticos ofrecieron al pueblo el concepto del mundo más avanzado para aquel tiempo - la ideología del marxismo - que a propósito, tenía mucho que ver con la Iglesia Ortodoxa, la hermandad, la supremacía de lo común sobre lo individual, el perfeccionamiento espiritual, etc. Si, los soviéticos, mientras era fuerte la línea de Trotsky, destruyeron muchas iglesias (teniendo sus razones), pero seamos objetivos: los zares también lo hicieron, y las “moraduras” recibidas por la Iglesia de parte de Catalina la Grande se ven por todos lados: me refiero a los monogramas de Catalina en los muros de los monasterios, o en los mismos ropajes de los metropolitanos.

A mi juicio, hay que reconocer, que la iglesia jugaba un papel muy progresista en la vida de Rusia. Es indudable que uno de los creadores de nuestra nación fue San Sergio de Radonezh (fundador del Monasterio Trinitario de San Sergio a 70 kilómetros de Moscú). La Iglesia muchas veces salvó a mi país de sus enemigos. La iglesia ayudó a civilizar los enormes espacios de mi patria. Pero a finales del siglo XIX la Iglesia desgraciadamente perdió casi toda su autoridad, se degradó (en parte por la culpa de las reformas de Pedro el Grande). Y no son pocas las cosas por las que tiene que darle vergüenza a la Iglesia Ortodoxa Rusa. Y eso hay que reconocerlo también. Sin embargo, durante el periodo soviético, la gran aportación de la iglesia al desarrollo de Rusia ha sido respetado, que explica la restauración del arte ortodoxo, y las iglesias seguian en función.

Me da pena que hoy día la Iglesia Ortodoxa Rusa está repitiendo los errores del pasado, alejándose del pueblo, y gastando los recursos de confianza que recibió en los años 90 durante el renacimiento eclesiástico de los rusos. Me dan asco los negocios de la Iglesia, su colaboración con las personas cuya riqueza obviamente es de origen criminal, Y sobre todo, me da asco el sinfín de las declaraciones antisoviéticas: “Si Lenin pudiera santiguarse, desaparecería como un diablito perdido” y así por el estilo… Esas declaraciones, que rayan con lo chabacano y con el chamanismo, salen no solo de las bocas de los sacerdotes de poca importancia, sino de la de nuestro patriarca también. Resulta, que el único objetivo de la Iglesia Ortodoxa contemporánea es vivir a lo grande, bañarse en oro, y maldecir la época soviética, para llenar el vacío ideológico y tapar el absurdo que practicamos hoy. En vez de buscar nuevos sentidos, en vez de apoyar a la familia, en vez de criticar nuestros problemas sociales y económicos, y en vez de dar al pueblo las palabras nuevas para recomponer la nación, nuestra Iglesia se ha convertido en uno de los departamentos de Gazprom. Al parecer, la iglesia esta vengando a la URSS por haber sido durante tantos años separado del estado!?

No obstante, los altos mandos de la Iglesia Ortodoxa Rusa - esos gordos y borrachos popes, pisando los huevos de pascua - y los parroquianos sencillos, son dos grupos diferentes, y mientras el patriarca habla tonterías sobre “los 70 años de la disolución espiritual”, en varias iglesias aparecen los iconos …de Stalin.