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miércoles, 11 de agosto de 2010

el Moscú ahumado y plagado de turistas

Los últimos días de veras vivimos llegada inesperada de turistas - por el calor excepcional y sobre todo por el humo, que de hecho solo embellece a la Roma Tártara. La ciudad eterna está plagada de los extranjeros (mientras los moscovitas tratan de esconderse en campo). Y la gente, que va a Moscú en este tiempo, tiene toda la razón, porque la ciudad obtuvo imagen bastante apocalíptica – ahora es la ciudad fantasma, la ciudad de sueños. Paseando por los barrios centrales estos días es muy fácil imaginar, como nos fue la invasión napoleónica y el gran incendio del 1812. Desde el mirador de las colinas de Gorriones gracias al humo se puede ver el Palacio de los Soviets inexistente, etc. Como Moscú es la ciudad adivinanza, el humo es la mejor manera para barajar las cartas y montar el verdadero viaje al fin de la noche.

Además, tengan en cuenta, que el humo se desvanece muy rápido (no tenemos mucha turba para seguir montando este espectáculo todo el año). Por ejemplo, si los últimos 3 días vivimos en la ciudad fantasma, hoy, el 11 de agosto, hemos vuelto a Moscú del XXI, que no tiene mucho que ver con el mundo de fantasías.

En una palabra, mientras no sea tarde, si son jovenes y no tienen problemas con salud, ¡que vengan a Moscú! Aprovechen los incendios de nuestros pantanos suburbanos y disfruten de la ciudad eterna y un poco abrumada.

P.S.

Amigos, como estoy muy ocupado con el trabajo de guia, temporalmente dejé de escribir en mi blog. Pero no se preocupen, sin falta voy a seguir con mis textos y traducciones, solo esperen, cuando se acabe la temporada alta.

¡Un abrazo ahumado desde Moscú!

P.P.S.

El humo va a regresar mañana y pasado mañana, afirman los especialistas en pronósticos.

sábado, 12 de junio de 2010

a través de la guerra napoleónica

El 12 de junio (según el calendario antiguo: es decir, el 24 de junio) Napoleón mandó a cruzar el rio Niemen hacia la ribera rusa. En unos 5 meses susederá la tragedia del rio Bereziná, cuyo nombre hasta hoy en día es sinónimo de la palabra "catástrofe" en francés.

De hecho la invasión no fue solamente una empresa del ejército francés, sino de toda Europa (como suele pasar). En el territorio ruso se presentaron los agresores de Francia (el 52% de gran ejército, holandeses y belgas incluidos), de Polonia (el 17,5%), de Alemania (el 13%), de Italia (el 9,6%) y de Prusia (el 3,5%) sin hablar de los croatas (el 0,6%), suizos (el 2,1%) y españoles (el 1%) con los portugueses (0,35%), movilizados a la fuerza. Hay que subrayar que España al mismo tiempo ayudó a Rusia con su movimiento de partisanos contra Francia.

La historia de esta guerra es bastante conocida en el mundo gracias a la obra maestra de León Tolstoi.

Por eso me limito a mencionar unos hechos interesantes:

Napoleón se alojó en los aposentos del zar Alejandro I (en el lugar donde se hallaba el palacio zarista de los tiempos de Alejandro I, hoy día se encuentra el Gran Palacio del Kremlin, construido ya en el reinado de Nicolás I, hermano de Alejandro I).

Entonces por unos 30 días Napoleón manejó el Imperio Francés desde el Kremlin ruso. Pero su principal trabajo en el Kremlin fue escribir cartas a Alejandro I, en las que le pedía firmar la paz (claro, que nunca recibió la respuesta).

Unos historiadores creen que en calidad de última medida de presión al zar, Napoleón tuvo la idea de liberar a los campesinos (siervos). Por ejemplo, se dice que Napoleón tuvo la intención de buscar en el archivo de Moscú la información sobre la rebelión de Pugachév, también pidió redactar el manifiesto de parte de los campesinos. Escribió, que sería muy efectivo, que Rusia fuera sometida a la rebelión campesina. Asimismo Napoleón estudiaba el plan de levantar movimientos separatistas en la periferia de Rusia. Como se puede notar, la estrategia de Hitler en ciertos momentos corresponderá a los planes no realizados de Napoleón, porque el emperador francés renunció a ellos por sus altos riesgos (de no lograr manejar la situación en el contexto de la rebelión total). Todo esto pasaba en la cabeza de Napoleón cuando estaba en el palacio del Kremlin.

Mientras tanto, el ejército se alojó donde quiso en el territorio del Kremlin (que hoy día es patrimonio de la humanidad) y de Moscú.

El Kremlin y el mismo Moscú resultaron más afectados por el pillaje de los franceses que por el fuego. Las iglesias por todos lados quedaron profanadas. Las convirtieron en las caballerizas, cuarteles y carnicerías. Así, en la catedral de la Asunsión del Kremlin se organizó una caballeriza, en la de San Miguel Arcángel – la cocina de campaña y vinatería. La iglesia de la Colocación del Manto se salvó milagrosamente por que en sus muros se alojó un general francés, que al parecer tenía muchos escrúpulos. Pero en general se fundió todo: los cubiertos de plata y de oro, linternas, candelabros, tapas de relicarios, etc.

Los que más sufrieron a manos de los franceses, entre los pocos rusos que quedaban en Moscú, fueron los monjes y sacerdotes. Los torturaron para descubrir, donde escondían los objetos de culto de gran valor (no por su valor artístico e histórico, sino por el material de oro y plata). Los ateos franceses de broma desnudaron a los monjes y los echaron al rio y por supuesto muchos de ellos se ahogaron. ¡Qué broma tan graciosa! Tampoco se apiadaron los franceses de las monjas.

Se dice, que al haber escuchado una leyenda antigua, según la cual el zar Fiodor Ioánovich había instalado en la cúpula principal de la catedral de la Anunciación una cruz hecha de puro oro, Napoleón trató de encontrarla, pero la confundió con la cruz del campanario de Iván el Grande.

Ni los técnicos franceses, ni sus ingenieros pudieron quitarla del campanario, hasta que se ofreció un mujik (un hombre ruso), que trepó al campanario y bajó la cruz con una cuerda. Cuando el mujik vino a pedirle a Napoleón su dinero el emperador francés lo mandó a fusilar por haber traicionado a su patria.

No se sabe si esta historia es verdad o no, pero lo que si es cierto, es que los franceses hizieron volar los anexos del campanario de Iván el Grande. También destruyeron las torres Vodovzvodnaya y Nikólskaya del Kremlin. Mientras el gran ejército se retiraba de la ciudad, los franceses también quisieron dinomitar el convento Novodévichi, pero las monjas lograron apagar los cordones detonantes y salvaron su refugio.

La dimensión de Moscú a través de la guerra napoleónica es muy interesante y se puede hablar mucho, o en su defecto, ofrecer una excursión especial. En cualquier caso, el relato sobre esta guerra termina siempre con una conclusión, que de unos 600 mil hombres que salieron de Europa hacia Rusia, solo 30 mil regresaron vivos (el 5% del ejército).

Un museo de Moscú está totalmente dedicado a la guerra contra Napoleón – es el museo-panorama de la Batalla de Borodinó.

Hay que agregar que los franceses siempre son bienvenidos a Rusia. Que vengan y miren sus cañones que decoran el Arsenal del Kremlin junto con los cañones rusos. Es curioso que los cañones franceses se llaman chulona, gorda, coqueta, mientras los rusos tienen tales nombres como oso, lobo, etc. Yo quiero subrayar que nos encanta cultura francesa, sus mujeres lindas y siempre vestidas a la última moda (la moda también es un invento de los franceses). Usamos los carros Renault, etc. Pero que no vengan a matarnos.

Ese es el único problema que tenemos con los franceses.

Durante la Segunda Guerra Mundial en el frente oriental murieron más franceses, que entre las filas del movimiento de la Resistencia. Las tropas alemanas, que marchaban hacia Moscú en 1941, fueron compuestas por 4 batallones franceses y cerca de Borodinó, el mariscal de campo alemán von Kluge les arengó, recordándoles que en los tiempos de Napoleón los franceses y los alemanes lucharon aquí juntos contra los rusos. Al día siguiente los franceses se lanzaron al combate, pero no lograron resistir ni un solo contraataque ruso y fueron derrotados completamente. Los que quedaron vivos, fueron retirados por los alemanes al Occidente.

Espero, que los ataques franceses jamás se repitan, a menos que se trate de ataques de amor.