

No cabe dudas que la causa principal de la criminalización masiva se radica en la economía: es que simplemente no hay trabajo digno. Y segundo, la amnistia del Gulag político trajo consigo la amnistia de lo criminal en absoluto. En resumen la sociedad fue infectada por la cultura criminal.
Se rumoriza que en los 90 los niños de secundaria escribián en las encuestas, respondiendo a la pregunta “¿Que quiero ser?” – “matón profesional” o “prostituta”. Parece que es una tendencia bien generalizada para los paises periféricos y para el capitlismo como tal: “pues si estamos en la guerra de todos contra todos, alistenme como sicario”. La profesión de prostituta se volvió muy popular después de la pelicula "Interdevochka" de 1989, que cantaba la vida de las prostitutas elitistas en el Occidente.

Con todo esto los criminales de los 90 más exitosos oficialmente llegaron a ser los peces gordos del mundo de negocios ruso al convertirse en todo un ejemplo positivo para las siguientes generaciones. Nuestros jubilados suelen denominar las reformas de Yeltsin como una “revolución criminal”, y el sentido de esta metáfora se reduce a lo que como resultado de la transformación del estado en unas companías gasopetroleras – clientes del Occidente, el vacío del poder en el país fue llenado con los autoridades - ladrones en jefe. A veces tales estados también se llaman “estados piratas”. ¡Pero ojo! Hablamos de una metáfora, que no explica toda la complejidad de la situación. Sin embargo la cuestión de la legitimación es de veras una de las clave para la élite rusa de hoy.
Si de verdad los nuevos elitarios quieren asumir la responsabilidad por una sexta parte de la Tierra, tendrán que acabar con la delincuencia, apretar las clavijas y restableser el estado, no en calidad de una enorme corporación privada con el fin de ganar dinero, sino en forma de la máxima expresión de los intereses del pueblo. En este sentido necesitamos un programa nacional al estilo “Anti Chansón”.

Porque naturalmente la delincuencia en Rusia hace al Occidente el caldo gordo: al extranjero se va el dinero muy grande, de esta manera alimentando la economía occidental y debilizando la nuestra. La Wiki en español especifica la alimentación criminal de Israel (no es casual, porque la mafia rusa sin dudas tiene muchos códigos judios en su genotipo, que se manifiesta hasta al nivel de la jerga (“fenia” en ruso), cuyo nucleo forman palabras que provienen del yiddish).
Para entender la matriz de la mafia rusa hay que dirigirse al modelo del mundo criminal, forjado en el período del Gulag. La “zona” es un espejo deformante de la sociedad, pero igual el mundo de “no libertad” para superar el caós necesita la jerarquía y cierto orden, aunque sea un orden inverso. Aquí los lideres suelen ser los peores – el poder supremo en las carceles rusas pertenece a los “ladrones en la ley”.

Según una de las verciones los ladrones en la ley se eligían “democraticamente”, es decir que la zona misma elegía a sus “padres-comandantes”. Pero también muchos especialistas opinan que a los ladrones en la ley los nombraban en la NKVD – así, manipulando los ideologos de la zona, NKVD facilitaba el trabajo para mantener el orden en los campamentos.
De todos modos, la institución de los ladrones en la ley llegó a ser la cúspide de las disputas duraderas entre “urki”, “zhiganí” y otros movimientos “ideológicos” dentro de la hampa. En resumen, como cree el criminólogo Alejandro Gurov, se formó el siguiente código de los ladrones en la ley (una especie de la constitución para un “estado al revés”):

2. La segunda regla prohibe al ladrón tener cualquier contacto con los ógranos de mantenimiento del orden público, excepto los casos, vinculados con el sumario y juzgado.
3. La tercera exigencia prescribe a los miembros de la comunidad ser honestos y respetuosos entre sí. Y por lo que concierne a aquellos, que no forman parte de la casta, se permite hacer respecto a ellos lo que a los ladrones en la ley les dé la gana con el fin de fomentar la autoridad de la agrupación. No en vano los ladrones en la ley se consideraban los príncipes de la hampa.
4. La cuarta regla obliga a los ladrones en la ley controlar el orden en las zonas, imponiendo allí el poder absoluto de los ladrones.
5. El quinto punto de la “ley” requiere a los ladrones involucrar en su ambiente a los nuevos miembros. Por eso los ladrones en la ley trabajan mucho con los jovenes, sobre todo, con los menores de edad. A los principiantes los seducen con “lo romántico de rateros”, con la “vida dulce”, libre de obligaciones ante la sociedad, con el poder de dinero y con el culto de violencia. Los habituan al vodka y droga, llevan a las prostitutas de rateros. De otro lado, los golpean y chantajean, hacen tomar la culpa por los crimenes, hechos por ortos ladrones. Lo último por poco no sea el motivo principal de la incorporación de la juventud. Los miembros de agrupación usan los candidatos (“chavales”) para misiones diferentes – para recolectar el dinero a la caja común (“obshak”) y no de vez en cuando – con fines sexuales. Esto hace a los futuros ladrones cínicos, crueles y despreciativos con los valores sociales.
6. La sexta regla prohibe a los criminales interesarse de las cuestiones de política, leer periodicos, presentarse como siniestrados o testigos durante los sumarios o juzgados.
7. El punto “de principio” fue la habilidad obligatoria del miembro de agrupación de jugar a los juegos de azar. Los juegos facilitaban la comunicación, establecimiento del poder sobre otros presos, de los cuales los ladrones podrían ganar no solo las propiedades, sino la vida – así los ladrones forman sus grupos de los “kamikaze” para cumplir las misiones especiales.
Entonces se puede ver que los ladrones en la ley son parástios absolutos, los zánganos, cuya tarea es fecundizar la "madre Zona" con el fin de la reproducción de nuevos cuadros para el “movimiento negro”. Así fue el modelo en el período soviético, cuando la delincuencia estaba bajo la máxima represión.
Para ilustrar el funcionamiento de esta ideología les voy a contar tal episodio como la “Guerra de las perras”. Durante la Gran Guerra Patria una parte de los ladrones respondió a la llamada de la dirección del país – a lavar la culpa con sangre. Así fueron formados las “divisiones de rotura”, por supuesto, acompañadas por las tropas de la NKVD. Pero una vez acabada la guerra los ladrones profesionales volvieron a su oficio y respectivamente volvieron a las carceles. No obstante al haber violado el código, “colaborando” con el poder mediante la participación en la Guerra Partia, ellos perdieron su autoridad y ya no eran bienvenidos en las carceles. Los ladrones en la ley de la “antigua formación” los consideraron renegados – “perras” y les puseiron el apodo “fusileros”. Así se desató la guerra entre los ladrones-“nepmanes” y los ladrones-veteranos. Como resultado de esta guerra el código de hampa algo se liberalizó.
Ultimamante a medida de la “amnistía” de lo criminal el modelo vivió los cambios aun más fuertes – se puede decir que las “nociones criminales” pasan la erosión. En los 90 surge tal categoría de los capos como “criminales sin limites” – les importan un pepino todas las tradiciones y conceptos de los ladrones en la ley. Tampoco reconocen las reglas de los ladrones en la ley ciertas agrupaciones étnicas – las de los mismos chechenos, por ejemplo.
Entonces, la idea de los ladrones en la ley hoy día está en decadencia, el mismo “título” del ladrón en la ley ya se puede conseguir por el dinero. Como lo hacen con frecuencia los georgianos, a estos ladrones-impostores les suelen llamar “mandarinas” (en la extinta URSS las mandarinas tradicionalmente cultivaban en Georgia/Abjazia). Esto también explica en parte la gran cantidad de los apellidos georgianos en todas las listas posibles de los ladrones en la ley.
También caducan los tatuajes de los rateros – sobre esto ya han escrito bastante: pueden consultar los links 1 y 2

En resumen quiero decir que el “movimiento negro” del banditismo ruso no proviene solamente del Gulag, donde se forjó el codigo de los ladrones en la ley, sino también tiene sus raices en lo más profundo - en la famosa rebeldía, en el anarquismo intrínseco de los rusos. La delincuencia rusa de hoy en cierto sentido es un eco lejano de las revueltas campestres, encabezadas por Steñka Razin, Emelián Pugachov, etc. – como dijo nuestro poeta Pushkin: “Dios nos libre de una insurrección rusa, insensata y despiadada”. Se trata también del mundo de la carcel rusa, donde ésta “insurrección insensata y despiadada” permanece en una forma comprimida hasta el “estado al revés”. Y también se trata de los 90, que también fueron los años de la “nsurrección rusa” criminal.
Los germenes de la rebeldía noble en los criminales explican porque la imagen del preso en nuestra cultura siempre es imagen de la víctima, que inspira compasión. Aquí tienen un verso de uno de nuestros poetas más populares Sergio Esenin:
“Solo un sueño tengo en secreto,
Que de corazón soy puro como nadie
Pero igual yo mataré a alguién
Un otoño triste en la calle…”
Buen análisis.
ResponderEliminarSobre el origen de la delincuencia organizada en Rusia, y también sobre el "pretigio" del delincuente entre ciertos sectores de la población, habla Ortiz en su libro Chechenia vs Rusia. Quizás esté traducido al ruso, Kara Murza le escribió el prólogo.
El autor entiende la delincuencia como una de las tecnologías usadas por las élites occidentalizadas para cargarse primero a la URSS y luego, ahora, al Estado ruso.
Quizás lo más asqueroso de todo es eso de atraer a las jóvenes hacia la vida delictiva al fomentarse la idea romántica del malo. Esto está presente en la cultura occidental, y no es raro que lo usen en Rusia para occidentalizar por las bravas, destruyendo el futuro directamente.
Ser malo es divertido y de gente que está en la onda. Ser puta es normal. Ser un pobre chico de barrio no es lo mismo que ser un malo de barrio que vende droga, etc.
En fin. En mi opinión nada de eso tendrá arreglo mientras vuestro Estado siga dirigido por unas élites corruptas, traidoras y vendidas.
onda de ser los malos de barrio va apoyada por el tráfico de drogas afganí... velocidad de la onda es de unos 130 mil cadaveres al año (de 15 a 34 años de edad) - según el Servicio Federal de Control de Drogas (FSKN). Creo que la mayoria de los presos en nuestras carseles son drogadictos.
ResponderEliminar¿Pero de donde sacamos mejores élites? El prblema que no las hay... Todo anda muy mal, pero no se han formado otras vias alternativas: los comunistas son corruptos y vendidos también, los liberales son peores todavía que los caníbales de Putin(((
Claro, es una tragedia de muertos y vidas estropeadas, pero todo bien publicitado porque les viene bien. Lo mismo hacen aquí, en América Latina, en Yanquilandia... apuestan por la desintegración de la moral de los jóvenes. Son tan astutos como malos.
ResponderEliminarNo sé cómo se puede salir de ahí, además desconozco los pormenores de la sociedad rusa actual, en quién se puede o no confiar. Pero lo que está en peligro es el propio Estado ruso, y si eso ocurre habrá otra catástrofe como la acontecida con la derrota de la Unión Soviética. Pienso en la gente, que ya tiene bastante.
Esa salida será, si ocurre, por la fuerza. Tendrán que aparecer movimientos dispuestos a jugarse el pescuezo.
Rusia necesita una segunda revolución preletaria, antes. Que la descomposición que promueve occidente en rusia aniquile todo atisbo de decencia
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