viernes, 20 de julio de 2012

Un suicidio bajo pretexto de modernización


Al parecer, la adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio (OMC) es el tema principal en la agenda política del país del verano de 2012. Como se sabe, la incorporación fue ratificada bajo presión del partido dirigente: "Rusia Unida". Los ancianos conservadores del PCFR, igual que los liberal-populistas del Partido Liberal-Demócrata de Rusia y los social-demócratas pro Putin de "Rusia Justa" votaron en contra.

Los partidarios de la incorporación repiten que, obviamente, en la situación actual (es decir, vendiendo petróleo, gas y metales), Rusia pronto se verá muy beneficiada. En cambio, los opositores indican que la adhesión a la OMC solamente va a congelar para siempre las humillantes circunstancias actuales.


Para calmar a los que rechazan la incorporación, los adeptos de la OMC hacen referencia a China, pero sus rivales no parecen satisfechos con esto, teniendo en cuenta las experiencias de países ex-soviéticos tales como Armenia, Georgia, Moldavia, Letonia o Kirguizia, los cuales no lograron mucho para jactarse.

Para los liberales, la membresía en la OMC es un atributo indispensable de un país moderno, es como una chaqueta -por supuesto que es más cómodo andar en un traje deportivo que en una chaqueta-, pero la pertenencia a la alta sociedad requiere el cumplimiento de ciertas normas.

Los patriotas no están de acuerdo pues aseguran que la OMC será una camisa de fuerza para la economía rusa. Es curioso que la cuestión de la adhesión de Rusia al GATT empezara en 1986, aún en la época soviética. Según tengo entendido, en la OMC de hoy mandan los miembros más antiguos y, en este caso, la URSS, de haber entrado en otra época y en otra calidad, podría haber tenido mucho más peso. La situación actual es muy diferente. Primero, Rusia no es la URSS (la URSS controlaba mas del 30% del mercado mundial de aviones, mientras Rusia importa los aviones de la tercera mano, y se le cayen todos los días); y segundo, ya es tarde, llegamos para el fin de la fiesta, bajo las condiciones de los parientes pobres.

Como las tecnologías rusas de hoy dejan mucho que desear (se notan los 20 años de destrucción de la economía por los liberales), el riesgo más fuerte consiste en lo que los productos de importación vayan a matar las restantes y moribundes industrias rusas. En este caso, el "efecto positivo" de los precios bajos de las importaciones para los consumidores no va a durar mucho: pronto los consumidores se quedarán sin trabajo. Otra consecuencia arriesgada para la industria es la igualación de los precios de materias primas para la producción interna.

Dado que somos el país más frio del mundo (podemos competir en las temperaturas más bajas sólo con Mongolia), tampoco nuestra agricultura puede ganar. Rusia no es Canadá: nuestra población es 5 veces mayor, Canadá se encuentra a una latitud comparable a la de "nuestra" Crimea, además de que cultiva uva y durazno, lo que sería una locura para nosotros. Toda Rusia se ubica en un infierno climático, cosechamos una vez al año, es muy caro mantener el ganado (si en Argentia la carne crece en arboles, en Rusia la sacamos de debajo de las piedras), etc. El campesino ruso puede competir con sus colegas de otros países sólo en producción de arándano rojo o vaccinio [en el extranjero ni saben que es eso: son bayas pequeñas de los pantanos de nuestros bosques].

De todas formas, esperamos que la OMC muera antes que Rusia. Es irónico que "Russia Today" interprete el hecho como una especie del nuevo Pacto Mólotov-Ribbentrop: crudo a cambio de tecnologías. Los lunáticos de la RT no entienden de que se trata... Rusia se incorpora a la OMC al haber matado durante los últimos 20 años toda su industria, Rusia entra en el club de los ricos y fuertes en calidad de una prostituta, que vende su cuerpo a cambio de la comida y joyas plásticas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario