Lenin y el leninismo hoy: una entrevista con Immanuel Wallerstein
*** Publicado
originalmente en International Critical Thought, Vol. 2, N° 1, Marzo 2012
[Traducción: Luis Garrido]
Gao Jingyu (GJ):
El “socialismo real” de la Unión
Soviética —el cual supuestamente estaba basado en lo que es llamado el
“marxismo-leninismo”— falleció hace 20 años. ¿Cómo ves al
marxismo-leninismo hoy en día?
Museo de la obra de Lenin en Léninskie Gorki |
Immanuel Wallerstein (IW): El marxismo-leninismo
está muerto. No hay manera en que sea capaz de re-emerger. Pero ni el leninismo
ni el marxismo están muertos. Y el mismo Lenin está en camino a la resurrección
histórica en Rusia. Desafortunadamente, el fracaso en distinguir analíticamente
entre estos varios conceptos es amplio, e incapacita un pensamiento claro no
sólo en Rusia sino en todas partes del mundo.
El marxismo-leninismo fue una invención pos-1923 de
los altos mandos soviéticos. Fue impuesto a los partidos comunistas a lo largo
del mundo, y se convirtió en una camisa de fuerza en que eran forzados a operar
(o ser denunciado como contrarrevolucionario). Lo que hemos venido a llamar
marxismo-leninismo fue elaborado como un catecismo que fue incesantemente
repetido, pero cuyos detalles podrían alterarse cuando sea que el liderazgo
soviético decidiera cambiar las tácticas geopolíticas. Fue una rígida doctrina
que de hecho fue bastante maleable, pero maleable sólo para el liderazgo
soviético. El marxismo-
Immanuel Wallerstein, Lenin y leninismo hoy, leninismo no tuvo una definición
intelectual permanente. Era tanto un grave pecado adherir a una versión
obsoleta del marxismo-leninismo como participar en un debate intelectual serio
acerca de su última versión aprobada.
El marxismo-leninismo fue una doctrina viable
mientras vivió Stalin, y podría hacerla cumplir por medio de repetidas purgas,
y afuera de la URSS a través del largo alcance de la estructura ejecutiva
soviética. Cuando Stalin murió, la cuestión política inmediata si alguien más
podría asumir el control de esta estructura ejecutiva. La respuesta resultó ser
no.
El informe de Kruschev para el XX Congreso del
Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) representó la rebelión de la
nomenklatura en contra de la estructura ejecutiva stalinista. Sin embargo,
Kruschev no permitió por ello otra versión del marxismo-leninismo que
consiguiera la conservación estable del régimen, lo cual fue la intención de
Kruschev. En vez de eso, su informe socavó irreparablemente la legitimidad de
la doctrina, como muchas personas dentro y fuera de las estructuras del Partido
Comunista observaron abiertamente. Para la época en que Gorbachov llegó al
poder, nadie en el mundo siguió siendo en algún sentido significativo un
marxista-leninista.
500 páginas por día fue norma de lectura de Lenin |
No obstante, la muerte del marxismo-leninismo no
constriccionó por mucho tiempo la vida continua tanto del marxismo como del
leninismo como construcciones intelectuales y políticas. De hecho, era casi
todo lo contrario.
La muerte del marxismo-leninismo dio nueva vida
tanto al marxismo como al leninismo. La muerte del marxismo-leninismo liberó al
marxismo como un modo de análisis y como una inspiración para varias tendencias
políticas de izquierda alrededor del mundo. Por una cosa, relegitimó un debate
sobre las propias ideas de Marx. La gente realmente empezó a leer los mismos
escritos de Marx en vez de confiar en versiones abreviadas propagadas por los
voceros del marxismo-leninismo. Ni tampoco fue el redescubrimiento de las ideas
de Marx reservadas a las personas en la izquierda política. La crisis económica
mundial de las últimas décadas, y especialmente de los últimos años, ha llevado
incluso a los expertos conservadores a encontrar ideas útiles, e incluso
apremiantes, en los análisis de Marx. En 1999, una encuesta de la BBC News
Online preguntó a los encuestados británicos por el nombre del gran pensador
del
milenio. Karl Marx encabezó la encuesta.
Sin embargo, lo que es más interesante que el
resurgimiento que las propias ideas de Marx es la supervivencia del leninismo
como una doctrina. ¿Cómo puede ser esto si el marxismo-leninismo está muerto?
Para responder esa interrogante, tenemos que analizar qué es el leninismo. Marx
famosamente dijo, “no soy marxista”. Lenin bien habría dicho “no soy leninista”.
IW: El leninismo no es realmente el resumen de las
propias ideas de Lenin como es expuesto en sus varios escritos. Ni son sus
prácticas como un líder del CPSU y de la Unión Soviética. Es una estrategia de
gobernar un país. Como tal, el leninismo es practicado en muchos países bajo
otros nombres, o bajo sin ningún nombre del todo. Me parece que el leninismo es
una estrategia compuesta, que comprende la combinación de seis características.
1] Es la
práctica de un partido/movimiento que cree que tiene que obtener el poder
estatal de una forma u otra, y una vez en el poder, permanecer allí de una
forma u otra. Sin el poder estatal, este partido/movimiento cree
que nada puede ser conseguido. El leninismo, por consiguiente, rechaza
cualquiera y todas las versiones de estrategias anarquistas, las cuales también
han re-emergido en la estela de la muerte del marxismo-leninismo.
2] Una vez que el partido/movimiento ha conseguido
el poder del Estado, su objetivo más inmediato es fortalecer el aparato
estatal. El objetivo es aislar la estructura estatal en dos direcciones, tanto
en contra de disidentes internos y de las fuerzas descentralizadas y en contra
de la capacidad de las fuerzas externas de limitar la capacidad estatal para
perseguir sus objetivos. Esto podría llamarse incrementar el grado en que un
Estado es soberano, no teóricamente sino en la práctica.
3] El partido/movimiento es organizado como una
estructura jerárquica que opera con un mecanismo de control de arriba hacia
abajo. Esto, por eso, busca impedir cualquier y todos los vínculos de
estructuras locales y de nivel medio, inclusive aquellas ubicadas al interior
del partido/movimiento. Esta es la característica crucial que lleva a algunos
analistas a denuncias al leninismo como no democrático, o al menos que no
cumple los procesos formales típicos de un sistema electoral multipartidista
con partidos alternativos gobernantes.
4] El principal objetivo político no es, como se
alega a menudo, la retención del poder por el bien del régimen de los
gobernantes. El principal objetivo político es alcanzar el crecimiento
económico, como lo es medido en una escala comparativa mundial. Todas las demás
preocupaciones son subordinadas a la primacía del crecimiento económico. Esto
es decir, que hay otras preocupaciones de seguro —por ejemplo: la persecución
de una política sensible vis-à-vis el medio ambiente— pero tales otras
preocupaciones estaban en segundo lugar en el orden de prioridad.
5] Ideológicamente, el partido/movimiento se
presenta a sí mismo, de hecho se piensa a sí mismo, como un baluarte del
anti-imperialismo. Este es su lenguaje cuando está hablando a sus propios
ciudadanos, al menos la mayor parte del tiempo. Cuando se habla al resto del
mundo, el lenguaje anti-imperialista es usado cuando es diplomáticamente útil.
Sin embargo, puesto que la retórica anti-imperialista es un tema indispensable
en el marco compuesto del leninismo, el leninismo no puede existir en Estados
en la cima de la estructura geopolítica de poder mundial. Leninismo es una respuesta movilizadora a la situación
de retraso y a la verguenza por su pais retrasado.
6] La práctica del partido/movimiento en el poder es
fundamentalmente pragmática, nunca dogmática. El partido/movimiento corregirá
su práctica cuando sea considerado necesario para mantener en el poder al
partido/movimiento. Es pragmático, incluso sobre la cuestión de si es más útil
reconocer públicamente que es pragmático que de negarlo.
Llamo leninista a estos partidos/movimientos solo
cuando esas seis características están ahí. Es la combinación de todas las seis
características lo que hace del leninismo un modo efectivo tal de conservación
del régimen. Algunas veces, después de un golpe militar, el nuevo régimen
presenta su régimen como el equivalente al de un partido/movimiento.
Efectivamente, este tratará de crear un nuevo partido/movimiento que este
controle. Sin embargo, esta forma parece ganar menos legitimidad que el
partido/movimiento normal leninista. Hay partidos/movimientos dentro de los
cuales los militares ganan autonomía considerable y en que los militares asumen
importantes funciones económicas.
GJ: ¿Qué cree
usted que significa el leninismo para el sistema-mundo?
IW: Cuando uno
mira alrededor del mundo hoy en día, uno puede ver muchos Estados en el cual el
grupo en el poder se desempeña según estar reglas, combinando todas las seis
características. La mayoría de ellos no usan el término
leninismo para describirse a sí mismos. Por supuesto, no tenemos que llamar
leninista a esta fórmula para el dominio estatal. En cuanto a la Unión
Soviética, no sabemos realmente cómo habría evolucionado el régimen si Lenin
hubiese vivido 10 años más. El punto a subrayar es que el leninismo, como lo he
descrito, no tiene un vínculo necesario con el marxismo o con las propias ideas
de Marx.
Cuando la Unión Soviética colapsó, y con ella el
Partido Comunista de la Unión Soviética, el nuevo régimen en la Federación Rusa
se enfrentó a la decisión de qué hacer con Lenin, el hombre, como un símbolo
histórico y una memoria histórica. Ellos parecen no haber encontrado muy fácil
tomar una decisión definitiva.
Por una parte, no solo estaba muerto el
marxismo-leninismo como un catecismo, sino que la gran mayoría de la población
rusa parecía estar muy contenta con esto. El uso de cualesquiera término
—marxismo o leninismo— cayó en una amplia desaprobación, a pesar de la
supervivencia de un movimiento que reclamó ser un movimiento comunista. Sin
embargo, el régimen decidió no borrar todas las alusiones positivas a Lenin.
Algunas estatuas y retratos se vinieron abajo, y otras no. La tumba de Lenin
todavía está ahí en la Plaza Roja. Está cerrada por algún tipo de renovación
por el momento, pero parece que reabrirá. Sospecho que será nuevamente posible
visitar la tumba.
monumento a Lénin en Kostromá |
Cuando visité recientemente Moscú me llamó la
atención de cuántos objetos materiales relacionados con Lenin eran ofrecidos a
la venta en mercados públicos —poleras, pequeñas réplicas, etc.—. ¿Tales
objetos eran comprados solamente por turistas extranjeros? ¿O algunos de estos
eran comprados por jóvenes rusos? Y si es así, ¿por qué? Y, ¿este fenómeno
crecerá en importancia en la siguiente década o dos, y es más que solo
nostalgia o kitsch?
Podría ser notado como un principio histórico
general del sistema-mundo moderno que las naciones nunca parecen eliminar a las
grandes figuras históricas de su memoria histórica y de su celebración
histórica, sin embargo aunque hayan sido controvertidos. Después de 200 años,
los franceses finalmente parecen haber llegado a un acuerdo con la idea de que
la Revolución de 1789 debería ser vista como una parte positiva de su legado.
Una manera en que ellos hicieron esto es al engendrar interpretaciones
diferentes, incluso conflictivas, de lo que sucedió durante la Revolución
Francesa. En efecto, grupos diferentes están celerando realmente diferentes
cosas. Pero solo un puñado hoy en día denuncia a la Revolución sin reservas.
Algo parecido parece haber sucedido con la memoria de Napoleón.
Por supuesto, Lenin sigue siendo una figura
controvertida en Rusia. La opinión está muy dividida, y en este sentido Lenin
no es una figura unificadora. La memoria histórica Nacional parece necesitar
héroes unificadores, y siempre está en la búsqueda de ellos. Pero la imagen
actual de Lenin es menos importante que la imagen futura de Lenin. Lo que
necesitamos considerar es cómo presentarán Lenin los libros de texto a los
colegiales en el 2050. Sospecho que harán de él una figura central de la
historia Rusa del siglo XX y que enfatizarán cuatro cosas acerca de él.
Primero, pienso
que será presentado como un nacionalista Ruso, quien rescató a Rusia de su
colapso nacional debido a la incompetencia del ancien régime —incompetencia
militar, incompetencia política, incompetencia social—. Se
dirá que mantuvo unida a Rusia de cara a la intervención extranjera y los
movimientos secesionistas. Él hizo posible reconstruir las fuerzas armadas.
Segundo, pienso que será alabado particularmente por
llevar a cabo las reformas que von Witte defendió y fue políticamente incapaz
de obtener. Recuerda su eslogan: el socialismo es igual a los soviets más electricidad.
En el 2050, la gente solo notará la mitad de la electricidad del eslogan.
Será dicho que estas reformas hicieron posible la
industrialización de Rusia, su “modernización”, y por eso la base de un serio
incremento del Producto Nacional Bruto (PNB) de Rusia. Esta evaluación será
comparable a la evaluación de Tocqueville de la Revolución francesa.
Tocqueville vio a la Revolución Francesa como la continuación del impulso
colbertista de la modernización francesa, la cual se había estancado en el siglo
XVIII por la resistencia de elementos del ancien régime.
Tercero, creo que será alabado por ser
simultáneamente un occidentalizador (“electricidad” y ponerse al día) y un
tercer-mundista. La Conferencia de Bakú de 1920 será vista como el abrazamiento
de Rusia como el líder efectivo de los “pueblos del Este”. Quizás en el 2050,
los “pueblos del Este” —lo que hoy en día llamamos el Sur global— no querrán
darle a Rusia demasiado crédito en este aspecto. Todo es una razón más para que
los rusos en el 2050 hagan reivindicaciones por este logro, y acreditar a Lenin
por ello.
Analistas más sutiles podrían decir que Lenin fue el
primero en resolver el debate occidentalizador-eslavófilo
(anti-occidentalizador) al ser ambos simultáneamente. Esta es la forma en que
tales eternos debates culturales a menudo se resuelven. En añadidura, estos
analistas podrían notar que al enfatizar el apoyo por las revoluciones en los
países no-occidentales, él silenciosamente terminó el apoyo para las
irremediables insurrecciones en Europa occidental.
Los libros de texto escolares no pondrían esto de
esta manera, pero los historiadores de universidades podrían sacar libros junto
con estos lineamientos. Y cuando lo hagan, el mensaje se filtrará hacia la
conciencia del pueblo, y los hará orgullosos.
Finalmente, Lenin será visto como un líder decisivo.
Él llegó en tren a San Petersburgo, subió a un carro blindado entre las barricadas y persuadió a los bolcheviques a tomar el poder “permaneciendo en las calles”. Incluso la Nueva
Política Económica (NEP) será tomada como una señal de decisión. Él sabía
cuándo cambiar de marcha pronto y de manera importante. Lenin pudo haber estado
en lo correcto o equivocado, pero él fue definitivamente un líder decisivo.
En el 2050 Lenin podría ser el héroe nacional de
Rusia en el siglo XX. Eso no nos dice nada del destino ya sea del marxismo o
del leninismo en el 2050, en Rusia o en otras partes. Y lo repito, la única
cuestión segura es que el marxismo-leninismo no solo habrá desaparecido del
mundo real, sino muy posiblemente de los recuerdos reales de la gente.
GJ: Su pudiéramos considerar al stalinismo como la
continuación del leninismo en que su estructura ejecutiva mantuvo al régimen
leninista, entonces ¿quién cree usted que debiera ser considerado responsable
por el colapso de tal régimen, Lenin y Stalin o aquellos que socavaron la
legitimidad del marxismo-leninismo tales como Kruschev y Gorbachov?
IW: Nunca he usado la palabra stalinismo. He hablado
de Stalin como aplicación de la
doctrina del marxismo-leninismo. Recuerda que
dije que Lenin no era leninista. Stalin lo fue. No fue inevitable que el
régimen soviético se haya derrumbado. El régimen en China no se ha desmoronado, ciertamente no todavía si es
que.
Sí, Kruschev socavó crucialmente la legitimidad de
la doctrina. Esto fue claro casi inmediatamente. La gente en Rusia todavía no
decide de si esto se trataba de su gran crédito o su gran descrédito. Pero esta
no fue una decisión individual. Kruschev reflejó la fuerte presión de la
nomenklatura, para quienes las homicidas purgas se habían convertido en una
amenaza personal insoportable.
En cuanto a Gorbachov, él será eventualmente
recordado como el único que hizo posible realizar los cambios que todos querían
sin matanza o represión. Él intentó salvar a la Unión Soviética, no a Rusia.
Casi tuvo éxito, pero cometió algunos errores en la última fase. Y por
consiguiente, tenemos lo que tenemos hoy en día.
GJ: Algunos académicos ponen a los partidos
leninistas y los partidos fascistas en la misma categoría después de comparar
sus estructuras. Ambos partidos son descritos al ser caracterizados de sistemas
anti-parlamentos, que es la razón principal por su fracaso al establecer la
democracia al empoderar a los ciudadanos. Este es el problema de un “déficit
democrático”, en la frase de Robin Blackburn, un problema que tanto Lenin como
Mao Tse-Tung intentaron resolver pero que fracasaron. ¿Diría usted que el
régimen está destinado a nunca evitar un déficit democrático? ¿Es este el talón
de Aquiles del régimen?
IW: No considero a los partidos fascistas, o los
nazis, como lo mismo que los partidos leninistas. Por una cosa, no pueden ser
en ningún sentido considerados anti-imperialistas en sus doctrinas o en sus
acciones. Recuerda de nuevo, en mi discusión, insistí que el leninismo tuvo
seis componentes, y consideré que los regímenes son leninistas sólo si
manifestaban todos los seis componentes.
Sí, por supuesto, los regímenes leninistas tienen un
déficit democrático. Pero también, en mi perspectiva, lo tienen los regímenes
parlamentarios multipartidistas. No tenemos ningún país en el mundo hoy en día
que en mi opinión sea democrático. La democracia es algo que todavía tenemos
que construir.
GJ: ¿Qué tipo de relación existe entre Lenin y Marx?
Me recuerda a la comparación de Badiou que hace de Pablo “un Lenin para quien
Cristo ha sido el equívoco Marx”.
IW: No me gusta esta analogía. Marx no fue un dios.
Él fue un pensador y un militante. En términos de perseguir una estrategia
política apropiada para avanzar, hubo alternativas posibles. Las dos
principales fueron aquellas expuestas por Lenin y Bernstein. La estrategia de
Lenin tuvo mayor sentido en un país como Rusia. La estrategia de Bernstein tuvo
mayor sentido en un país como Alemania. En el largo plazo ninguna estrategia ha
funcionado realmente. Hoy en día todos estamos repensando las estrategias de
transformación social, precisamente porque estas dos estrategias fueron un
fracaso.
GJ: ¿Por qué son aquellos Estados, en las áreas o
regiones menos desarrolladas, propensos a adoptar un régimen leninista?
IW: En orden de perseguir una estrategia
“parlamentaria”, tú necesitas una situación en la que al menos la mitad, o más,
de la población son parte de la “clase media” según estándares mundiales. Esto
no es precisamente cierto de las áreas “menos desarrolladas”. De ese modo el
leninismo parece más plausible.
GJ: La caída del comunismo destruyó al socialismo
marxista como proyecto político, pero le dio a los análisis de Marx del
capitalismo un nuevo aliciente en su vida solamente en la academia. Bajo la
condición de la deslegitimación del discurso y representaciones colectivas de
clases, un individualismo ascendente, el consumismo y preocupaciones de estilo
de vida, el socialismo ya no es el ideal común para la izquierda como alguna
vez lo fue en el siglo XX. La principal fuerza de izquierda, la
socialdemocracia, se ha reducido a ser una cultura de preferencia después de la
neoliberalización, como usted dijo. Los otros movimientos de protesta han
corrido ya sea al anarquismo o al extremismo. Las fragmentadas fuerzas de la
izquierda desconfían entre sí. El marxismo ya no parece ser más una teoría para
los movimientos radicales. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe han argumentado que
sólo un discurso democrático podría deslegitimar el sistema existente y
articular diferentes fuerzas de protesta. ¿Es posible para la democracia
emprender esta tarea? Entonces, ¿qué tipo de rol tomará el marxismo en los
futuros movimientos? ¿Son las recientes revueltas por los derechos democráticos
en el área arábiga una señalización de esto?
IW: No creo que el resurgimiento del marxismo esté
limitado a la academia. Pienso que el reciente brote de protesta alrededor del
mundo incluye un retorno al debate sobre la economía política y las
desigualdades, un debate que lleva a la gente de regreso a mucho de lo que Marx
ha escrito y analizado. ¿Será el “socialismo” su proyecto político? Todo
depende de lo que queramos decir por socialismo. Estamos en medio de una
confusión que no es meramente política sino también intelectual. Sería más
prudente en mis predicciones acerca de lo que sucederá en los próximos 20 o 30
años, y más optimista.
GJ: ¿Cómo evalúas a Mao Tse-Tung? ¿Recibirá
comentarios similares como los que has predicho para Lenin en el 2050?
IW: Mao Tse-Tung probablemente será recordado
positivamente por dos cosas. Él liberó al partido chino, y por eso a la
Revolución china, del control de Stalin. Y reunificó China, una tarea histórica
de grandes líderes chinos.
Por supuesto, él hizo muchas cosas negativas. ¿Se
desvanecerán de la memoria? Muy posiblemente. La memoria no es eterna. Es
creada, y recreada, constantemente. Dependerá de los historiadores chinos. Pero
éstos dependerán de la atmósfera política total de China en 2050.
No hay comentarios:
Publicar un comentario