martes, 16 de abril de 2019

Los callados rusos y una Gran Transformación

Polanyi escribe, como se modelaba en Inglaterra la clase obrera de los indigentes (ex-campesinos, pauperizados con ayuda de los cercamientos y pervertidos, según Polanyi, por el sistema de los salarios bajos con los subsidios de sobrevivencia):

El empleo en el sector público (workhouse) se convierte en el “espacio del horror”. “La workhouse se vio estigmatizada, y residir en ella se convirtió en una tortura moral y psicológica…”.

Más o menos eso acontece hoy con el sector público en Rusia: el sector público poco a poco se vuelve una “tortura moral y psicológica”: la casa de natalidad, guardería, escuela, colegio, carcel, etc. Maltrato, cinismo, bullying, deshumanización… Nuestros “cercamientos” han sido la privatización criminal de los años 1990 (expulsión de los campesinos de sus tierras, de los obreros de sus fábricas, apropiación de los negocios más rentables).

Los superricos ya están en el extranjero con sus almas y con sus familias (literalmente están en los hospitales, escuelas, universidades de Occidente). Y de los que se quedan en Rusia debe formarse una “clase media” de los propietarios “autosuficientes” y una clase de los proles, asilados en el sector público. Ya se privatizó el parto, la educación, el deporte, los aborígenes ricos incluso demandan las cárceles de pago con el confort superior. Los cementerios también son un gran negocio.

Siempre me ha llamado la atención el término a veces empleado en Rusia: “los callados”. Así se les llaman a las personas (la mayoría aplastante de la población) que no participan en los programas ESTATALES de la privatización del sistema social: salir del Fondo de la Jubilación estatal rumbo a la capitalización individual, por ejemplo. Los “callados” dudan mucho de lo privado, porque presienten que los “effective managers” les dejen en paños menores, que el estado por lo menos les de una especie de “workhouse” o “poorhouse”.

Que dificil es ser un ...Dau.


Creo que es una película más de las que es más interesante hablar, que verlas. Se trata (como siempre en Rusia de Putin) de la satanización de la URSS. Es un “fake history” o un falso documental más, pero mucho más caro de lo común.

La filmación duró más de 10 años, primero con el dinero público ruso y ucraniano (antes del último Maidan), pero al parecer hasta según el Ministerio de Cultura de Rusia el proyecto colmaba el vaso de la norma putinista y Rusia dejó de financiar. La mayor parte del “Dau” fue pagada por un oligarca "ruso/ucraniano". Francia también metió su mano.

Fue diseñado un gran parque de atracciones a la manera de “Westworld”, lo poblaron con los indigentes, prostitutas, actores de escenas de masas, escoria artística de toda Europa, neonazis, etc. Pusieron a todos los figurantes en el contexto de los años 1930: “Stalin, Gulag, KGB”. Y luego hicieron el “Big Brother”, filmando miles de horas de las peleas, sexo homosexual en las calles, chivatismo, terror y otras "banalidades de la vida soviética". 

La rotación de los figurantes era altísima, los pobrecitos se quejaban, porque el oligarca y los capos del proyecto no les pagaban nada (el autor del guión fue un escritor pornógrafo, el director - otro coprofilo patentado). Los hicieron vivir a los figurantes en este “GULAG” conforme a la regla china “9-9-6”, a veces durmiendo en el parque. Mientras las estrellas y los ricos podrían divertirse dentro de este proyecto (Westworld!). A los figurantes les pagaban con el dinero “como si les pagaran en los años 1930”, les daban de comer “como si fuera en los años 1930”: polvo de dientes, ropa interior, carros, etc. - los años 1930 en Jarkov ucraniano, 10 minutos antes del Maidán/2013.

Fijense, se trata del tiempo heroico, cuando Rusia de una república de banana se convirtió en una superpotencia. Y se trata de la actualidad, cuando Ucrania, un país del Este Europeo se ha convertido en un país africano.

Sin consultas con los historiadores, por supuesto, a base de las patrañas neoliberales de la Perestroika.

Y ahora nos venden este mockumentary como la última palabra del arte. A los franceses, que acabaron de quemar su Notre Dame, les debe gustar mucho.

"Dau" debe parecer con la película “Es difícil ser un Dios”, que también fue filmada durante siglos con el mensaje - “que infierno es la vida rusa, sin principios de la sangre azul estamos perdidos”.

Parece lógico patentar toda la estética de los años 1930-1950 para que ningún cabrón pudiera profanar este tiempo. Por lo menos las hijas de Yuri Gagarin patentaron las frases “Yuri Gagarin, el primer cosmonauta” y por el estilo, que nadie escriba porquerías de su padre sin consultarse con ellas.

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